martes, 1 de enero de 2013

Maniobra de Kristeller: ¿Ayudando a nacer?



Feliz 2013 para todos!!! Esperamos que hayais disfrutado de las comilonas y no os hayais atragantado con las uvas. Para empezar este nuevo año lleno de proyectos con buen pie esta semana hablaremos de una maniobra alrededor de la cual existe mucha controversia que realiza el personal sanitario que asiste partos.Seguramente muchas mujeres la hayan experimentado al dar a luz a sus hijos, o bien muchos conocemos a alguien a quien se la hicieron. Se trata de la Maniobra de Kristeller. También es llamada Expresio Fetus.

El nombre de este método se atribuye al ginecólogo alemán de origen polaco Samuel Kristeller, quien hizo un estudio descriptivo sobre un método de nacimiento rápido y efectivo a mediados del siglo XIX.

Se realiza empujando con los puños o el antebrazo la parte superior del útero coincidiendo con la contracción y el pujo de la madre. La técnica debe aplicarse de una forma muy controlada a la vez que se produce una contracción uterina para ayudar a nacer al bebé en la última parte del parto.

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La razón más comúnmente dada por el personal sanitario para su uso es “la abreviación del expulsivo”, principalmente en los siguientes casos:

Cuando el expulsivo por la vía vaginal es muy prolongado, y por lo tanto, puede implicar riesgos para la madre y el niño.

Cuando el bebé es muy grande pero está en la posición correcta

Cuando la madre está cansada y no tiene la fuerza suficiente para empujar de forma adecuada.

El uso de la maniobra de Kristeller no significa que algo vaya mal en el proceso, sino que es vista como una ayuda más para el parto. Siempre la deberá realizar un profesional, ya sea ginecólogo o matrona.

Normalmente, la maniobra de Kristeller se realiza para acabar antes con el parto, pero no por razones de verdadera emergencia. Si éste fuera el caso, estarían indicadas otro tipo de intervenciones.

En lugar de realizar esta maniobra, los asistentes deberían respetar los tiempos de la mujer, animarla a adoptar posturas que favorezcan el descenso del feto (verticales), permitirle beber para que reponga líquidos y evitarle situaciones o intervenciones que pudieran estar aumentando su cansancio, procurándole confort físico y psicológico.

Cabe destacar que cuando se utiliza esta maniobra, rara vez la mujer está en una posición de parto vertical, es por ello que sería más simple permitirle a la mujer adoptar otra posición, antes que dejarla sobre sus espaldas y presionarle el útero.

Este procedimiento puede ser doloroso dependiendo de la presión ejercida. A veces, si la fuerza aplicada es muy grande, la mujer puede quedarse sin aire momentáneamente por la fuerza realizada en el diafragma.

En el período post-parto pueden sentirse dolores tipo "agujetas" en la zona superior del abdomen, producto de esta maniobra. También en ocasiones pueden aparecer pequeños hematomas si la fuerza ejercida ha sido muy grande y desproporcionada.

La complicación más temida, aunque rara, es la ruptura del útero. En su lugar, pueden ocurrir más frecuentemente, laceraciones en el perineo causadas por la rápida expulsión de la cabeza fetal. Otras posibles complicaciones son:

Hemorragias
Laceraciones cervicales
Desprendimiento de la placenta
Rotura de costillas
Lesión de órganos internos
Obstrucción del parto
En casos extremos algunas de estas complicaciones pueden llevar a la extirpación del útero

El bebé tampoco está libre de riesgos:

Rotura de costillas
Lesión en órganos internos
Hematomas
Hipoxia fetal
Fractura de miembros superiores
Fractura o lesión en la médula espinal
Lesiones como las del plexo braquial, que provocan la parálisis de Erb (la parálisis de Erb es consecuencia de una lesión en los nervios del plexo braquial, que controlan el movimiento de hombros, brazos y manos. Los síntomas de la parálisis de Erb incluyen parálisis de los brazos y pérdida del control de los músculos de brazos y manos.)
Desgarro del músculo esternocleidomastoideo

Estudios respaldan que el 32% de los niños con trauma asociado al nacimiento fueron sometidos a esta maniobra.

La maniobra de Kristeller ha sido ampliamente cuestionada en diversos círculos médicos, por el impacto físico que eventualmente puede ocasionar. Según opina la OMS, es una práctica poco segura y no recomendada. Incluso, la considera anticuada y con ciertos riesgos, ya que una maniobra mal hecha podría provocar graves problemas para la madre y/o el bebé.

Aún en nuestros días esta maniobra continúa siendo una práctica habitual en muchos hospitales de nuestro entorno. A pesar de esto, esta medida se ha prohibido por ley en muchos países europeos (por ejemplo, en el Reino Unido). En Italia, se recomienda la adopción de parto vaginal en lugar de una cesárea, a pesar de que durante la distocia (cuando el parto transcurre de manera anormal o dificil), esta maniobra puede ser elegible. En numerosos países del resto del mundo esta técnica está proscrita, y en muchos otros se sigue usando sin consenso ni aprendizaje y sin reflejarlo en la historia clínica.

En el Foro Internacional del Parto (Roma, 2005) se estableció que era imposible cuantificar el daño causado a las parturientas y a los recién nacidos por dicha maniobra, ya que muchas veces no se registran por posibles litigios por mala praxis.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, en sus recomendaciones de 2007, afirma que la maniobra de Kristeller está contraindicada para facilitar el descenso del feto.

Cualquier intervención médica requiere el consentimiento previo del paciente. Para recabar este consentimiento los profesionales sanitarios están obligados a informar a las usuarias, como mínimo, de las indicaciones, efectos adversos y alternativas existentes, para que puedas elegir. El consentimiento informado es una figura médico legal con un profundo fundamento ético, que es el derecho de toda persona a decidir sobre la propia salud y el propio cuerpo.  La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, Básica Reguladora de la Autonomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones en Materia de Información y Documentación Clínica garantiza el derecho todo paciente o usuario a negarse a una intervención o tratamiento médico. Además, ello «no dará lugar al alta forzosa cuando existan tratamientos alternativos».

En casi ningún caso los profesionales que aún utilizan la maniobra de Kristeller informan debidamente a la paciente del riesgo al que la exponen, de manera tal que sean capaces de comprender que la maniobra de Kristeller es la causa y no la consecuencia de alguna secuela posparto que pudiera producirse.

A pesar de la controversia expuesta sobre el uso de esta maniobra una revisión de las evidencias científicas a este respecto llevada a cabo por la FAME (Federación de Asociaciones de Matronas de España) en 2011 reveló que no existen informes o registros en la historia clínica mundial acerca de su utilización, lo que dificulta la recogida de datos para realizar estudios observacionales. Tampoco se informa de los resultados adversos, para no entrar en conflictos con supuestas cuestiones médico-legales, y apenas existen ensayos clínicos aleatorizados que indiquen, con un elevado nivel de evidencia, el camino a seguir.


1 comentario:

  1. En mi primer parto me practicaron la Kristeller y ni siquiera consta en mi informe de alta hospitalaria. Esto no tendría más importancia sino estuviera unido al hecho de que llegué con las aguas meconiales y estuve dilatando unas 10h con oxitocina. No podía moverme mucho porque llevaba epidural, pero creo que si me hubiesen dejado estar de lado (y no en el potro con las piernas arriba) hubiese ido mejor. No sé si fue por la Kristeller o por un cúmulo de causas mi hija aspiró meconio y tuvo que ser ingresada en neonatos por despresión neonatal severa. Se recuperó muy bien y está sana. Pero creo que la Kristeller y el hecho de no estar presentes ni ginecólogo ni pediatra en el momento del parto no fue una buena decisión. Gracias a Dios, las cosas van cambiando y en los siguientes partos que he tenido han sido más respetuosos y han avisado al pediatra, ya que en todos he tenido las aguas meconiales.
    Me gustaría que hubiera más transparencia y que si se pone un medicamento o se practica una maniobra se reflejara siempre en el informe de alta que te dan, y que se informara antes y se pidiera el consentimiento.

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