jueves, 31 de enero de 2013

Las caquitas de mi bebé


guiamamaybebe.com
Las mamás vigilan constantemente los pañales de los bebés, intentando adivinar si la frecuencia, el color y la solidez de las cacas del bebé son corrientes o no. Sin embargo esa normalidad puede variar según la edad que tenga, de si su alimentación es con lactancia materna o con biberón y de si ya ha empezado a tomar alimentos sólidos.

No hay una medida establecida sobre el número de veces que debe hacer cacas un bebé. En los lactantes que toman pecho y que de momento no están tomando alimentos solidos,  la frecuencia de las deposiciones es muy variable. Hay bebés que hacen caca después de cada toma, y hay otros que tardan varios días  en hacer una deposición. Esto no debe preocupar en exceso a los padres, siempre y cuando las cacas del bebé sean blandas y sencillas de eliminar. Por otro lado, los bebés que toman biberón y no son amamantados, por lo general necesitan hacer caca todos los días para que no se produzca estreñimiento.
 
El calostro, la primera leche de la madre, es precisamente el primer alimento que el pequeño necesita. Es rico en anticuerpos e inmunoglobulinas, que ayudan a proteger al bebé de los virus y de las bacterias y posee un efecto laxante, que le ayuda a expulsar el meconio. 

El meconio es la primera caca que hace el bebé, es una sustancia pegajosa, negra o verde oscura que se crea en los intestinos del bebé a lo largo de la gestación y está compuesta por bilis, mucosidad, células de la pared intestinal, exudaciones y líquido amniótico. Si bien el meconio puede ser difícil de limpiar, su aparición es una buena señal de que los intestinos del bebé están funcionando con normalidad.

Tras un par de días, una vez que se le ha normalizado la alimentación y ha expulsado el último meconio, las cacas del bebé se tornarán verdes con tonos marrones y serán inconsistentes y de textura granulosa, antes de convertirse en más amarillas.

Por otro lado la caca del bebé que está siendo alimentado con biberón no tendrá el mismo color (amarillo pálido o marrón amarillento), incluso los restos del preparado de la leche las harán parecer más grandes y más consistentes que las de los bebés que están siendo amamantados, ya que ese preparado no se digiere de la misma forma que la leche materna (serán mas duras, como una pasta). El olor será muy fuerte también, mucho más parecido al de las heces adultas.

Durante el primer mes tu bebé hace caquitas tres veces al día. Después del primer mes, deja de hacer caca tan frecuentemente dado que el pequeño ya será capaz de digerir completamente la leche de la mamá.

Los recien nacidos normalmente pierden entre el 5 y el 9 por ciento de su peso inicial durante los primeros dias de vida, pero lo vuelven a recuperar hacia las 2 semanas de vida. Por este motivo es importante asegurarse de que el bebé se está alimentando bien pero no agobiarse por esta pérdida inicial de peso.

Si tu bebé  tiene heces pequeñas y oscuras a partir del quinto día desde el nacimiento puede ser un signo de que no está comiendo suficiente.

El ritmo y la consistencia de las deposiciones son variables, pero, si las heces son duras como bolitas, es posible que el bebé esté estreñido, por lo que se debe visitar al pediatra.

Hay que tener en cuenta que, a partir de la segunda o tercera semana de vida, repentinamente, muchos bebés con lactancia materna exclusiva dejan de hacer caca todos los días y hacen una deposición cada tres, cuatro, siete o incluso 15 días. Cuando por fin hace la deposición, ésta es igualmente blanda, pero más abundante de lo habitual. Este hecho normal se conoce como deposiciones escasas del bebé amamantado. Después de una temporada, el niño comienza de nuevo a hacer cacas más frecuentes. Aunque no se conoce la causa exacta, una de las explicaciones es que la leche materna se adapta perfectamente a las necesidades del bebé y deja poco residuo.
Cuando empiezan a probar otros alimentos además del pecho, el aspecto de las cacas cambia. Algunos niños no hacen deposiciones durante unos días y éstas son más duras y con un olor diferente.

¿Qué hacemos si el bebé no hace caca cada dia?
Si el bebé se alimenta con biberón o si se alimenta con pecho pero tiene más de 2-3 semanas de vida es posible que no haga cacas cada día. Si el niño se encuentra bien, gana peso correctamente y las cacas que hace son blandas y normales, no debe preocupar a los padres esta situación.
No es conveniente estimular el ano con el dedo, con el termómetro o con otros objetos para intentar que haga caca diariamente. Tampoco conviene dar zumos, laxantes ni infusiones.

¿Cuándo se debe consultar con el pediatra?
  • Si el bebé no expulsa el meconio durante las primeras 24 horas de vida.
  • Si durante las primeras 2 semanas de vida un bebé, alimentado con lactancia materna exclusiva (sólo toma pecho de la madre), no hace caca diariamente.
  • Si las cacas son duras y secas y al bebé le cuesta expulsarlas.
  • Si las cacas son muy infrecuentes.
  • Si las cacas son de color blanco-grisáceo y la piel del niño está amarillenta (ictericia).
  • Si las cacas tienen sangre.
  •  El cólico del primer trimestre
o    Se caracteriza por episodios de un llanto agudo que parece inexplicable y que altera a un niño que por lo demás parece sano, saludable y tranquilo durante el resto del tiempo.
o    El cólico se inicia generalmente después de las tomas, aunque puede suceder a cualquier hora sin relación con ellas. Es más frecuente durante la tarde o noche y puede durar más de 2 horas.
o    Estos episodios aparecen a partir de la primera semana de vida y probablemente se extenderán durante los primeros 3 meses de vida con una frecuencia diaria. Pueden acompañarse de movimientos de flexión de las piernas sobre el abdomen, flexión de brazos, apretar los puños, muecas diversas, irritabilidad general y emisión de gas intestinal.
o    Es un trastorno muy frecuente (más del 30% de lactantes lo padecen en alguna medida) de causa desconocida, aunque hay muchos factores que pueden estar implicados en su aparición. El pediatra intentará remediar esta situación y le indicará tratamientos variados hasta encontrar aquél que le vaya mejor.
o    En algunos casos, el llanto está producido por causas digestivas, la más frecuente de las cuales es la intolerancia a las proteínas de la leche que toma el niño (si toma biberón —la leche está adaptada a partir de la leche de vaca—) o porque la madre ingiere excesivos productos lácteos (si las tomas son del pecho).
o    Pero en la mayoría de ocasiones existe un aumento en la producción de gas intestinal o una incapacidad para su correcta eliminación. Esto puede deberse, como hemos dicho, a una intolerancia a la lactosa de la leche. Pero casi siempre ocurre por una mala técnica de alimentación, en la que el lactante traga demasiado aire, más el hecho de que pasa muchas horas en posición horizontal en la cuna. También se cree que los cólicos podrían estar causados por un aumento en la producción de algunas hormonas del intestino (motilina, gastrina, etc.) que incrementarían demasiado la frecuencia e intensidad de los movimientos intestinales.
o    Si el pediatra ha diagnosticado a tu bebé con el cólico del lactante, paciencia, porque no hay ningún tratamiento eficaz para combatirlo y desparecen de forma espontánea entre el tercer y el cuarto mes de vida, ya que su sistema digestivo va madurando.
o    Mientras tanto, prueba algunos remedios para aliviarle:
§  cogerle en brazos y mecerle cantando una nana;
§  salir a dar un paseo;
§  darle un baño tibio, y un suave masaje en la tripa;
§  mantén la calma ante el llanto de tu hijo. Si no lo consigues, pide a alguien que te sustituya e intente tranquilizarle. El bebé nota tu estado de ánimo al cogerle, al hablarle, y se contagiará de tus nervios.
§  Ten presente que el lactante no se acostumbrará: no lo "malcriaremos" por tenerlo en brazos a menudo durante los primeros 3 ó 4 meses.
§  No le des de comer cada vez que llore, el hecho de estar hambriento no es la única razón del llanto. Al estómago le cuesta más de 2 h vaciarse. Así pues, espera al menos este tiempo entre comidas. Si le das el pecho, no tomes mucho café, té o bebidas con cafeína ni otros estimulantes.
§  No le des medicamentos sin consultar al pediatra.

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